“La vocalista francesa Sarah Maréchal llegó hace más de una década a Colombia. Marcada por el jazz, el reggae, el rock, la música brasilera y sobre todo por un excesivo consumo de la llamada “canción francesa”, cimentó su carrera y armó el proyecto Mariazú, enlistando talentosos músicos locales con fiebre por la vanguardia y los sonidos tradicionales. Ahí inscribió las influencias de las maniobras de la actriz y cantante Jeanne Moreau, del cantante y compositor Serge Gainsbourg y del escritor y jazzero Boris Vian. Su voz profunda se ha oído en un par de trabajos que exhiben cortes cantados en francés y español, y de diversos matices: unos con tintes jazzeros, espaciales, espirituales, volados, otros con sabor a porro globalizado, a fandango y desenfreno.”

“El segundo acto de Jazztropicante comenzó con un show visual impresionante. Era hipnótico y futurista, y sin duda fue el primer paso en el viaje ecléctico que le hicieron emprender a los espectadores. En medio de las canciones que nos transportaban de a Haití, a Francia y a Venezuela, sonaban, cortesía de Simbad, samples de ciudades, campos y voces que criticaban a un sistema que hoy en día tiene como líderes mundiales a una manada de políticos locos. Las imágenes y sonidos se fundían a su vez con tomas en vivo de los músicos. Este show fue una experiencia tan sinestésica y mística como llena de sabor. El público ya estaba entrando en calor con el funk, el jazz, el soul, y los ritmos afrolatinos y a su vez se presentaba para el cóctel de gasolina y pólvora que estaba por venir.”

“Ella es francesa pero puede llegar a ser más colombiana que cualquiera. Su nombre es Mariazú y su propuesta es el diálogo entre cualquier frontera que nos imaginemos: nacional, cultural, disciplinar; todos los límites que por ahí haya, nuestra invitada está dispuesta a cruzar. Y la esencia de aquellos cruces, por lo menos, se guía por dos cuestiones: ritmos colombianos y versos franceses.”

“Eau de Vie – Agua Ardiente” is, as Sarah describes it, “a manifestation of life, through the spirit, vitality, strength and wisdom of water. It sounds and feels like real life, like the living planet, la Madre Tierra, that we all have the duty to care for and enjoy. That’s why it’s music for both meditation and dance. Like the water, both are fundamental to life and to the harmony of the planet.”